martes, 25 de enero de 2011

Falsa Barbie


Volando. Así estaba Juana en la oficina.

-          Juana…
-          Juana…
-          Juanita… susurró Federico.
-          ¡Juana!

-          Ay… ¿Qué Fede? Me asustaste… ¿Qué pasa?

-          Nos acaban de llamar para ir a la sala de reuniones.

-          Vamos… balbuceó.

Juana era una ojera caminante.

-          Bueno gente –comenzó a hablar Anselmi- como ustedes ya saben, en la empresa valoramos por sobre todo a los recursos humanos. A ustedes. Ya que sin ustedes, no somos lo que somos. Por eso, para ser breve y conciso, hoy los convoqué para presentarles un valor agregado: Patricia Ganger. Ella estará a cargo del área de Comunicaciones Empresarias a partir del día de hoy. No quiero entrar en detalle del currículum de Patricia, porque estaríamos horas aquí parados jajajaja –rió roncamente- espero que le den una cálida bienvenida y que el trabajo de todo el equipo se vea beneficiado. Muchas gracias.

-          Muchas gracias, dijo Patricia Ganger.

Salieron de la sala y Juana le dijo a Fede al oído: "acompañame ya a fumar un pucho", resaltando el "ya" de forma particular.

Bajaron y se fueron para la esquina.

-          ¿Quién es esta Patricia Ganger? ¡Parece una Barbie de 35 años!
-          37, más específicamente.
-          ¿De dónde salió?
-          Es la que se coge Anselmi, querida.
-          ¿¡Cómo!? Yo no sabía nada.
-          Todo el mundo lo sabía Juani… vino la semana pasada, como dos o tres veces a reunirse con él. Lo que pasa es que vos últimamente estás en Babia, es lógico, no? Con todo lo que te está pasando…
-          Ya volveré, te lo prometo…
-          Subamos, que seguramente Patricia Ganger querrá hablarnos a nosotros.
-          A nuestro grupo dirás…lo que faltaba: nueva jefecita, novia de uno de los capos de la consultora y encima bomba sexual. Van a estar todos babosos atrás de ella mirándole el culo.
-          O las tetas.
-          ¡Las dos cosas! Pablo incluido.
-          ¿Qué te importa?
-          Nada… ya sé. Pero igual, no me gusta. Esta es la peor semana de mi vida, y encima, recién empieza el año…
-          Vamos Juana.

Subieron. Patricia Ganger los estaba esperando, ya que solo faltaban ellos, para dirigirse al equipo de trabajo al cual iba a liderar. Equipo formado por: Juana, Federico Lambrozzi, Silvia Cánepa, Rocío Speranza y Marcos Marquinis (personaje al cual siempre habían cargado, por un exceso desmedido entre nombre y apellido).  

Era un equipo un tanto desparejo en talentos, compromiso y habilidades, pero que andaba bien para lo que la consultora necesitaba en esa etapa. O sea, “Patricita Ganger”, estaba de más.

-          Hola chicos. José ya me presentó… comenzó diciendo Patricia Ganger.

¿José?, se preguntó Juana. Nadie lo llamaba así en la consultora. Era Anselmi y punto.

-          Espero que podamos trabajar en equipo. Yo soy una de ustedes…

Parece una barbie parlanchina, siguió Juana con su pensamiento batallador.

-          …Una más. Tengan toda la confianza para acudir a mí. Pueden hacerme consultas, si me tienen que putear, me putean… está todo bien chicos, yo también estuve ahí.

¿Ahí dónde específicamente? ¡Abajo del escritorio dirás mi vida! Se decía Juana por dentro, con cara de “sí, sí, ajá, sí, sí”…

-          Bienvenida, le dijo Silvia, a la que le gustaba chupar más las medias que los helados.

-          Gracias chicos, gracias. Comencemos a trabajar.

Juana estuvo en pausa el resto de la jornada, haciendo como que trabajaba y, en realidad, no hizo nada.

Seguía preocupada por su padre. Patricita Ganger podía esperar en su lista de indeseables.

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