-
¡Qué alegría chicas!
No puedo creer que hayamos podido coincidir las tres… siento que hace siglos
que no nos vemos. Eugeeee qué panza dios mío!!!
Las chicas habían quedado en
encontrarse en un barcito que quedaba en un punto medio. Lo justo era justo. Si
no siempre alguna tenía que estirarse de más. Además a Eugenia, con la panza,
se le empezaba a dificultar moverse como lo hacía antes… pero todavía estaba
ágil. Hacía más de tres semanas que no se veían y parecía que hacía un año. Cuántas
novedades y noticias tenían para contarse y para tratar de comprimirlas en un
cafecito de bar. La panza de Euge parecía haberse triplicado y Julieta tenía una
remerita y unos accesorios que jamás habían visto.
-
Ayyy chicas… cómo pasa
el tiempo, dios… nos tenemos que ver más seguido. Cuenten… cuentennnn… no perdamos
el tiempo… ¿Quién empieza?
Juana arrancó acelerada, como
queriendo aprovechar cada instante, cada segundo. Últimamente costaba más
coordinar agendas para encontrarse. Y eso que todavía el bebé de Euge estaba en
la panza… ella sabía que cuando esa personita saliera al mundo exterior, los
tiempos iban a empezar a achicarse más.
El primer turno fue de Julieta.
-
Chicas, bueno, para
empezar… ayyy… ¿por dónde empiezo?... a ver… por lo más fácil. Me ascendieron
chicas…!
-
Guauuuuuuuu- Gritaron
a coro Juana y Eugenia.
-
Sí, sí, no lo puedo
creer yo tampoco… el otro día mi Jefe me llama, yo dije… ¿y ahora qué?...
pensaba que se venía algún reto no sé por qué… y empezamos a charlar de la
estructura, del personal, de las posibilidades y en eso me plantea que estaban
necesitando una jefa… y que la persona indicada era yo…
-
Bien amiga!
-
Muuuuy bien,
estás contenta?
-
Sí, a full… al menos,
en el trabajo estoy bien… afortunada… ¿cómo era el versito?
-
Callate… que lo otro
viene solo! Tenés que ser positiva, y atraés ondas positivas… es así.
-
Bueno… y ustedes???
-
Chicas, yo también
tengo que contarles algo… Dijo Eugenia.
-
Euyinnn… no me
asustes…
-
No se asusten, no…
pero también tiene que ver con el laburo.
-
Quéeee??? Preguntó ansiosa
Juana.
-
Chicas, voy a dejar el
laburo y, si dios quiere, después de que tenga al bebé… voy a empezar a
estudiar para ser chef.
-
Eugeeeeeee!!!!!!!
-
Muyyy bien Eugeee!!!!
Era algo que Eugenia siempre había
querido hacer, y que nunca se había animado del todo. Pero la maternidad le
había dado el impulso necesario aparentemente.
-
¿Y cómo te decidiste?
Le preguntó Julieta.
-
Ayy no sé chicas… es
como que la maternidad me hizo impune..!
-
¿Impune? Jaj se rió
Juana.
-
Sí, totalmente… no me
importa nada. Tengo unas ganas de irme ya mismo del laburo, no se dan una idea…
no me banco a nadie… a nadie!! Ya estuve averiguando cursos, lugares, de todo…
estoy re entusiasmada!
-
Es un re paso amigaaa…
-
Sí, no les voy a negar
que algo de miedo tengo. Pero, bueno… ya lo decidí. Además Fede me re apoya.
-
¿Y cómo estás con él?
Porque es todo junto!!
-
Ayy la verad chicas
muy bien… Fede es un re compañero, es un amor. La convivencia bueno… ejem… nos
está costando un poquito sí… vieron que yo soy un despelote, no?
-
Siii jajajaaj
-
Bueno, Fede es re
ordenado, pero reeeee….
-
Naaa… no me digas!!!
Te lo mandó Dios!!
-
Ayyy sí, hubo unos
días en los que discutimos por pavadas, pero ya nos estamos acomodando, supongo
que es normal, no?
-
Siii, obvio- Le dijo
Juana, tranquilizándola.
-
Así que bueno… bien.
-
¿Y cuándo sabemos si
va a ser sobrino o sobrina?
-
La semana que viene
chicas!! Me tengo que hacer una eco y a ver si tiene ganas de mostrarse… en la
última vieron que tenía las piernitas re cerradas, no hubo forma…
-
¡Yo ya quiero saber!
Dijo entusiasmada Julieta.
-
Bueno nena… y vos? Le
preguntó Eugenia a Juana.
-
Bueno chicas, yo por
el momento sigo en el mismo trabajo…
-
Jaja daleeee tonta…
-
Bueno, es que se
trajeron una bomba cada una terrible!
-
Bueno, pero tus bombas
no vienen por el lado laboral…
-
¿Por qué lo decís? Se
hizo la tonta Juana.
-
Daleee… largá prenda
Juanita- Le dijo Julieta, mientras le daba un sorbo a un cortado.
-
Bueno, vieron que el
otro día les escribí un mensajito, me reencontré con Pedro por la calle…
-
Ahhhh noooo, a vos
sola te pasa eso. Dijo Eugenia.
-
Sii, la verdad, no lo
podía creer.
-
Sigue tan bueno como
antes? Quiso saber Julieta.
-
Mejorrrr… mejor…
porque ahora lo vi como más maduro, no
sé, con traje. Impresionante chicas.
-
Te mojaste? Le preguntó
Julieta con la más absoluta tranquilidad, luego de haber dado otro sorbo.
-
Ayyy nenaaaaa… qué
decís?? Lo vi en la puerta del laburo.
-
Y qué tiene que ver??
-
Qué zarpada nena!! No…
hablamos re bien… obvio me movilizó, ese día fuimos a almorzar y quedamos para
vernos, pero la verdad chicas, todavía no se dio…
-
Por quéee?
-
Un poco por todo lo
que tengo que hacer, el laburo….
-
Y otro poco por
Sebastián- Acotó Eugenia.
-
Qué? Sebastián?
-
Sí, no te hagas la
estúpida Juana… Sebastián… o me vas a decir que ya no cuenta más?
-
No-no-si… cuenta… pero
no es por él que no lo veo a Pedro.
-
A mí me parece que en
otro momento ya nos hubieses contado cómo había estado cuando estuvieron juntos, y es más, nos estarías contando cómo dejaron de hablarse de un día para
el otro…
-
Puede ser… Juana
razonaba mirando fijamente el tostado que tenía entre sus manos, como si las
palabras de su amiga tuvieran 1.000 veces más peso que las de su psicólogo,
quien le había dicho algo parecido unos días atrás.
-
Es como dice Euge.
Reafirmó Julieta.
-
Puede ser…
-
¿Y Sebastián?,
¿Desapareció?
-
Un poco sí…
-
¿Por qué?
-
Y… porque yo no le
estaba dando mucha bolilla que digamos…
-
¿Te jode?
-
Un poco sí…
-
Ahhhh piyina… las
querés todas. Bueno, me parece que te vas a tener que decidir, pero ojo, no
juegues con fuego.
-
Ayyy cómo si fuera tan
fácil…
-
Anita el otro día me
contó una historia re parecida a la tuya Juani…
Y el rumbo de la charla viró 180
grados.
-
¿¿¿Anita??? Seguís con
esa tal Anita????
-
Ayyy sí, por qué me
decís así?
-
Te dice así porque
está muerta de celos…
-
Naaaaa, no estoy
celosa, pero ni la conozco, no sé quién es, y en este último tiempo va a batir
todos los récords de nombramiento en charlas amiguísticas…
-
Ayyy qué exagerada
nena…
-
Sí-sí, qué exagerada…
ya te vas a dar cuenta. Espero que el tiempo no me dé la razón…
-
Razón de qué? Ayyy
bueno, mirá, no te hago caso, porque no quiero enojarme por pavadas. Te decía
que a una amiga de ella le pasó algo parecido a lo que te está pasando a vos.
-
Qué?
-
Reapareció el ex
novio, del cual ella había estado súper enamorada, y la piba estaba saliendo
con otro flaco… estuvo así sin saber qué hacer como unos tres meses…
-
¿Y, qué hizo?
-
¿Qué hizo? Volvió con
el ex… se casan el año que viene.
-
Guuauuuuuu… pará… es
como mucho jaja
-
Quién dice… quién dice…
-
Che… Juana… y tu
hermana? ¿Cómo sigue ese quilombo?
-
Ayy chicas… vieron que
les conté lo del mensajito. Bueno, después Fernando se apareció en la casa de mi
vieja, así de una, porque como mi hermana no lo atendía y él no sabía qué
pasaba, se vino nomás.
-
Ah, bueno, bien…
-
Sí… qué sé yo… al
menos demostró interés… pero no sé… si había hecho lo que había hecho…
-
¿Y tu hermana?
-
Y mi hermana, nada, lo
perdonó… o mejor dicho, él le perjura que no hizo nada, que esa flaca que le
escribió está atrás de él hace mucho tiempo, que nunca pasó nada de nada, y que
como él no le daba bolilla, la mina terminó consiguiendo su número y
enviándole ese mensaje a Valeria.
-
Terrible… medio
entreverado.
-
Y sí… y según mi
hermana, él le mostró la invitación al evento, le mostró fotos de ese día… qué
sé yo…
-
Y bueno, si le quiso
creer, es cuestión de ella.
-
Y sí… ¿Qué querés que
te diga? Yo no me voy a poner a juzgarla. Ya somos grandes, cada cual decide
su propio camino.
-
¿Pero mejor con ella,
o no?
-
Absolutamente, todo
esto, para bien o para mal, nos unió mucho más. Esto, y el encuentro con mi
papá, que como les había contado, fue un flash.
-
Qué suerte amiga… las
cosas se van encaminando.
-
Chicas… - interrumpió
Eugenia- y si pedimos algo para comer? Ya son casi las 9, no?
-
Y daleeee…
-
Dale!!
Y así las tres mosqueteras, esas
que alguna vez compartieron boliche, escapadas y tragos, ahora estaban allí
compartiendo embarazo, ascenso y cambios. Las tres mosqueteras alumbradas por
el farolito del bar, tenían otro tinte, pero en el fondo eran las mismas de
siempre.