No había regresado todavía a la
oficina, cuando le sonó el celular.
- Hola má, últimamente me llamás
más que a Ele, y ahora qué pasa?
- Ay Juanita, menos mal que me
atendiste… no sabés lo que es esto!! Tengo a tu hermana encerrada en tu
habitación devuelta, y como si eso fuera poco, Fernando está del otro lado
golpeándole la puerta, pidiéndole que salga…
- ¡¿Cómo?! ¿Fernando?... pero si
hoy le dejé un mensaje y le pedí que me llamara y ni noticias…
- Bueno, parece que se vino
directamente. Entró hecha una fiera, no sabés… tu hermana estaba arriba justo,
así que apenas lo escuchó se encerró en el cuarto y no quiere salir… yo no sé
qué hacer… nunca lo vi así a Fernando…
- … Ayy má, no me asustes…
- … Es que está como desencajado… y
tu hermana que no le quiere hablar, encerrada llorando… Dios mío…
- Bueno, pará, tranquilizate. Si
vos te ponés nerviosa, te sube la presión, te lo pido por favor… lo único que
nos falta es una tragedia… escuchame… ¿le querés decir a Fernando que me llame?
- Es que no sé si va querer.
- Bueno má, intentalo… otra cosa
ahora no puedo hacer… tengo que volver al laburo.
- Ah… pensé que te podías venir
para acá.
- Má, soy una empleada de la
empresa, no la dueña, viste? No puedo salir cuando yo quiero y no volver más…
- Bueno, bueno… ahora te corto.
Voy a hablarle a Fernando, para ver si te quiere llamar…
- Bueno dale, y tranquilizate… que
son problemas de ellos.
- Sí… no sabés cómo me tuve que
contener las ganas de ahorcarlo…
- … Má, te lo pido por favor,
abstenete.
Juana volvió con una mezcla de
sensanciones en el pecho. Por un lado, cierta angustia y nerviosismo por la
situación que estaba viviendo su hermana. Por otro, cierto acelere y excitación
por el encuentro con Pedro. Tenía todas las sensaciones a flor de piel.
Las horas de oficina restantes se
presentaron como demasiado largas. No hubo café que pudiera alentarla. No hubo
conversación que la motivara. Juana se la pasó navegando en sus pensamientos,
sin motor ni remos.
Fernando nunca la llamó y ella por un instante dudó al salir del trabajo. Se vio muy tentada de salir corriendo para la casa de su mamá, pero algo la detuvo: “sensatez le llaman”, se dijo a sí misma.
Se dio cuenta que su papel, esta
vez, no era estar en el medio. Siempre había estado como un poco en el medio.
En el medio entre su papá y su mamá. En el medio entre su papá y su hermana… y
ahora también se iba a poner a mediar entre su hermana y su cuñado. Menos mal
que Fernando no la había llamado.
De pronto, su vocecita interna
volvió a hablarle… algo que últimamente estaba haciendo muy a menudo por
cierto: “y ahora… Juanita… no te hagás la
tonta… porque hay un medio del que no saliste… estás en el medio… entre
Sebastián y Pedro… oh…”…
Cuando abrió la puerta de su
departamento, tocó el cielo con las manos. No había vuelto a tener noticias de
su mamá, ni de su hermana, y mucho menos de Fernando. La mejor opción que se le
presentó fue una pava de agua sobre la hornalla… y unos simples mates la
hicieron muy feliz.
Necesitaba volver a mirarse un
poco y, cuando lo hizo, no fue muy placentera la imagen que el espejo le devolvió…
“pucha… qué es este rollo acá al costado… hace un mes no lo tenía… no
puedo creer que me colgué tanto con el tema del cuerpo… dios… estoy más
gordita… pero no vengo comiendo mal… aunque sí estoy comiendo a cualquier hora,
y pico cosas dulces todo el tiempo… tengo que aflojar con eso… tengo que
empezar gimnasia, si no voy a salir rodando…
en lugar de tomarme un bondi para el laburo, tomo impulso y llego
rodando… no da… también… con tantos quilombos en puerta, ir, venir, volver,
claro… siempre me dejo en último lugar. Se acabó. Mañana empiezo el gimna…”
Y antes de que pudiera terminar
su pensamiento, sonó el teléfono. Dudó en atender. La pantallita decía
“Mamá-mamá-mamá” titilando en un color naranja destellante… Pero atendió.
- Maaaaaaa...
- Fernando no te llamó, no?
- No má, no me llamó.
- Sabía que no te iba a llamar.
Igual no te preocupes nena -Juana pensó… no
me estaba preocupando, o sí, pero por este culo enorme que se me apareció en el
espejo!!!!!- porque tu hermana por fin abrió la puerta y están charlando
hace un rato largo.
- Bueno, me parece bien, es lo que
tienen que hacer como pareja. Hablar. Vale no puede seguir negándose y él, haya
hecho o no lo que suponemos, tiene que dar la cara… y la está dando… así que
má, ni vos ni yo tenemos que estar en el medio, ok?
- Ok, ok… voy a intentarlo.
- No lo intentes má, hacelo y
listo. Bueno, y ahora te dejo, que justo estaba en el medio de un tema
importante…
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