lunes, 2 de julio de 2012

Objeto fetiche...?

Metió la mano en la cartera para buscar los cigarrillos, y sin escuchar el reto de Federico -que le decía que no podía fumar, porque había estado enferma-… sacó una billetera.
-          ¿Y eso?
-          Tu billetera jaja
-          ¿Cómo?
-          Dejalo ahí… yo me entiendo.
-          Noo señorita… me cuenta ya!
-          Es la billetera de Sebastián, Fede…
-          ¿Y qué hacés con la billetera de Sebastián?
-          Se la dejó olvidada el otro día en casa.
-          ¿Pero le avisaste?
-          Sabés que con todas las corridas, no… no le avisé nada…
-          Pero cómo? ¿Desde el lunes no se hablaron más?
-          Ajá…
-          Ah mirá vos… así tan tranquila lo dice.
-          ¿Y qué querés? ¿Qué me haga un harakiri?
-          Pero por qué no hablaron!! Si te fue a cuidar hasta tu casa, no entiendo cómo no hablaron más…
-          …es que quedé en que lo llamaba para decirle como estaba…
-          …y???...
-          …Yyy no lo llamé.
-          ¡Cómo que no lo llamaste! ¿Por qué no lo llamaste?
-          No sé… no sé!! Es que de repente el otro día me sentí un poco ahogada… se instaló en mi casa, se puso mi delantal, preparó el desayuno… se puso mi delantal, entendés?
-          Vos sos consciente de que hay un 99.7% de las mujeres solteras –y de varias casadas también- que sueñan con un momento como ese, no?
-          Bueno, bueno… sí lo sé… pero a mí me sobrepasó la situación, tenía ganas de empujarlo hasta la puerta de abajo. Pobre…
-          ¿Y qué vas a hacer?
-          No sé! Ni idea…
-          Pero tenés que devolverle la billetera mujer… la debe estar buscando por todas partes.
-          Bueno, parece que no tanto tampoco… ni pensó que se la podía haber olvidado en mi casa… se ve que tiene muchos lugares para dejarla olvidada.
-          Eso es un pensamiento típico de mina… dejate de hinchar.
-          Ok…ok… puede ser… ¿vos decís que le avise?
-          Por supuesto. Sin dudarlo. Es lo mínimo que se merece ese bombón…
-          Bueno, ok. Pero no lo elogies tanto, que vos no sabés todo lo que yo sufrí por él. Que te lo haya contado no significa ni por asomo que puedas imaginarte lo mal que estuve…
-          Sabés qué mi amor… si vos querés tener algo con él… algo, alguito… aunque sea lo mínimo… vas a tener que empezar por perdonarlo. Vas a tener que empezar por dejar eso atrás. Borrón y cuenta nueva…
-          …puede ser, pero para eso tengo que hablarlo con él. Fede, yo te adoro, pero por más que lo hable con vos, con las chicas, hasta con el psicólogo te digo… necesito decírselo a él…
-          Y bueno… mejor ahora que nunca, no? No sigas dejando pasar el tiempo. Esas heridas, muy por el contrario de lo que la gente dice, no cicatrizan… se hacen más profundas.
-          Tenés razón… voy a llamarlo. ¿Tenés tu celu?
-          ¿Y mi celu para qué?
-          Estoy sin crédito.
-          Ah no, mi amor, no… te acompaño hasta el kiosco y pagás la recarga virtual y va a ser tu número el que aparezca en la pantallita del susodicho…
-          Buee-nooo… vamos entonces, qué hacés que seguís ahí sentado???  
-          Dale, dale vamos... así entregás esa billetera... no quiero que se convierta en tu objeto fetiche!
-         Qué?! Ayyy Fedeee, a veces decís cada locura...!

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