domingo, 13 de mayo de 2012

Lado B

Una vez que la madre de Juana se recompuso, tomó agua y respiró a un ritmo normal… Juana pudo explicarle que no era de ella el bebé.

La cara de Susi se desencajó… ¿entonces de quién?
¿Pero cómo? ¿No es lógico que sea de Valeria?- Pensó Juana para sus adentros.
Parecía que no.

Por fin Valeria intervino.
- Má, yo voy a ser mamá.
- ¿Valeria? ¿Vos?
- Sí, má, yo… ¿por qué te sorprendés tanto?
- No, no… es que no lo esperaba… ay mi amor!! No lo puedo creer. Felicitaciones hija!
Susi se puso a llorar, abrazando a Juana y Valeria al mismo tiempo, una de cada lado y como podía.
-          Estoy tan feliz!
Juana sentía que su mamá se estaba olvidando de una parte importante.
-          ¿Y Fernando?- preguntó Susi.
Justo esa parte no.
-          Ya te dije má, Fer no pudo venir porque tenía un evento de la empresa.
-          ¿Un evento de la empresa un día sábado? ¿Y justo cuando me venís a contar esta noticia?
-          Sí, má… ahora es así, los eventos se hacen también fuera del horario laboral, incluso los fines de semana.

Juana comenzó a hacerle un gesto disimulado con las cejas a su hermana (algo así como arquearlas más de lo habitual y llevarlas hasta donde más alto podía, acompañado por un leve movimiento de cabeza hacia el costado), para advertirle que Susi aún no había caído de la parte mala de la noticia. Del lado B digamos…

-          Ayy mi amor… no importa… estoy tan contenta, que soy capaz de entender eso y mucho más.

Las cejas de Juana prácticamente bailaban sobre sus ojos, porque era el momento oportuno para recordarle la partecita del viaje… pero no. Valeria no paraba de hacerse la tonta; iba a conseguir un doctorado en “me-hago-la-boluda-punto-com”.

-          ¿Y para cuándo tenés fecha mi amor?
-          Para enero...
-          …Mmm... lo único es que te vas a pasar los últimos meses con un calor terrible...
-          Sí, eso sí…

¿Eso sí? Juana no podía creerlo. ¿Qué parte de que no iba a pasar el embarazo en Argentina Susi no quería admitir?

En un acto absoluto de negación, Susi seguía hablando como locomotora a vapor, sin siquiera tener el mínimo recuerdo de que su hija, en su último viaje a Córdoba, le había dicho que se iba a vivir a Estados Unidos en poco tiempo más.

Susi se levantó de la mesa, dispuesta a preparar la cena.
-          Má…

Juana intentó abrir la boca y Valeria, como tantas veces hizo en su adolescencia, la pateó por debajo de la mesa.

-          Ouch!
-          Qué pasa Juana?- Le preguntó la mamá.

La cara de Valeria estaba en llamas. Le hizo un gesto a Juana con la mano de “te corto el cuello”, mientras Susi no miraba. Y lo repitió más de una vez, estilo psyco. Gesto que Juana respondió con un “vení-vení” a través de un movimiento con su dedo índice. Lenguaje por señas que le llaman…

Ambas se levantaron al mismo tiempo. Susi preguntó qué iban a hacer.
-          Le voy a mostrar algo arriba, má- contestó Juana.

Apenas dejaron atrás la cocina, Juana empezó a hablarle en voz baja a su hermana.

-          Me estás jodiendo nena?? Cuándo le vas a recordar a mamá que te vas a vivir a Estados Unidos? Parece que le hubiera pasado un camión por la cabeza y, como en las novelas, sobrevivió… pero perdió la memoria!
-          Bueno… ¿qué querés que haga? Es re difícil… claro, no? Para vos es muy fácil, total… vos no estás embarazada… y no te vas a vivir afuera.
-          No, justamente. Yo no soy la que está embarazada y a punto de irse a vivir afuera… nena, sos vos! Valeria, te lo digo así: o se lo decís vos o se lo digo yo.
-          Ok… ok… al final siempre igual. No me entendés.
-          Lo mismo digo.

Volvieron las dos juntas para la cocina. Susi ya estaba en plena preparación de lo que se suponía iba a ser la cena; comenzando a hacer una rica masa de pizza.

-          Má…-Dijo Valeria tímidamente.
-          ¿Qué Vale? -Preguntó Susi mientras seguía amasando, dando vuelta la cabeza como la nena de Poltergeist.
-          Má… vos te acordabas, no?
-          ¿De qué Vale? Siempre con misterios ustedes. Andá al grano.
-          ¿Te acordabas de que me voy a Estados Unidos, no?

Como si le hubiesen tirado un balde de agua helada, estando desnuda y en plena plaza pública… Susi se quedó por unos instantes con la boca semiabierta, los ojos se tornaron rápidamente vidriosos y las manos quedaron estáticas entre medio de la masa.

Las chicas, del otro lado de la mesa, miraban sin saber bien qué hacer. ¿Correr a abrazarla?, ¿Tomarle el pulso?, ¿Salir disparando?, ¿Llamar al 911?

Se quedaron ahí paradas, sin hacer nada de eso. Parecía el juego de las estatuas que tanto habían jugado de chicas. Todos quietos, aunque te picara la nariz o tuvieras muchas ganas de ir al baño.

-          Má…-Atinó a decir Juana.

Parece que ese “má” destrabó el hechizo y automáticamente Susi… rompió en llanto. Ahí sí, tanto Valeria –sí Valeria- como Juana salieron corriendo a abrazarla. Susi, con las manos enmasadas” volvió a abrazarlas esta vez más fuerte.

-          Hija… me había olvidado que te ibas…-Decía mientras lloraba.

Fue difícil consolarla. Estuvieron más de media hora simplemente para que dejara de llorar. Cuando lo lograron, Juana prosiguió como pudo con la tarea de la pizza y Valeria y Susi siguieron charlando.

La transición de ese momento a otro más relajado, fue más prolongado de lo que Juana hubiese deseado para un sábado a la noche. Pero Valeria tuvo que ir de frente esta vuelta. Y, aunque Juana la había ayudado un montón, por fin había podido hacerse cargo. Tomar la palabra.

A eso de las doce, después de las noticias, los llantos y la recuperación de Susi (leeentaaa recuperación), pudieron sentarse a comer finalmente.

No fue ni la mejor pizza del mundo (la había hecho Juana) ni un sábado de pura algarabía. Pero no había que dejar de lado que, a pesar de todo, una nueva vida vendría  al mundo… y que tanto Juana como Susi -a la distancia o no- iban a tener a una nueva personita a quien amar. Y eso valía (toda) la pena.
  

No hay comentarios:

Publicar un comentario